
Hay muebles que, con solo mirarlos, sabes que tienen potencial. Este escritorio era uno de esos. Tenía buena estructura, pero le faltaba vida. Así que nos pusimos manos a la obra para darle un cambio de look y convertirlo en una pieza única con mucho carácter.


El cambio de look
🎨 Para la base y los cajones, utilicé pintura acrílica en color Verde Galicia. Antes de aplicarla, di una capa de imprimación para asegurar una buena adherencia y luego apliqué dos capas de pintura para lograr un tono intenso pero con un acabado desgastado que le da ese toque vintage que tanto me gusta.
🖌 La superficie de madera la trabajé de forma especial. Primero lijé bien para eliminar manchas y dejar la textura suave. Después, le di un lavado de color blanco verdoso, lo que le aportó un efecto envejecido natural sin perder la belleza de la madera.
🖌 El toque final en la superficie fue el aceite de tung, que no solo hidrata la madera, sino que también le da un brillo natural sin hacer que parezca demasiado nueva.
🖌 Para resaltar los detalles y darle un extra de elegancia, apliqué una pátina dorada en algunos bordes con un paño, frotando suavemente para que el dorado se integre sin ser demasiado llamativo.
Un mueble que lo cambia todo
Ahora este escritorio es el protagonista de cualquier espacio. Su tono verde queda increíble contra la pared de azulejos, y los tiradores en bronce le dan el toque final. No solo es funcional, sino que ahora también es un mueble con personalidad.
Si tienes un mueble que ya no te emociona, dale una segunda oportunidad. A veces, solo hace falta un poco de pintura, algo de paciencia y muchas ganas de transformar. ¡Y lo mejor es que cada pieza que renuevas se convierte en algo único!

¿Te animas a hacer algo parecido?
Si te ha gustado esta transformación, cuéntamelo en los comentarios. Y si tienes un mueble que quieras renovar, dime qué idea tienes en mente. ¡Seguro que podemos inspirarnos juntos!